El colesterol es una sustancia cerosa y grasa que se encuentra naturalmente en todas las células del cuerpo humano. Aunque a menudo se percibe como algo negativo, el colesterol es esencial para el funcionamiento normal del organismo, ya que participa en la producción de hormonas, vitamina D y sustancias que ayudan a digerir los alimentos.
Existen diferentes tipos de colesterol que circulan en la sangre:
Los niveles óptimos de colesterol total deben mantenerse por debajo de 200 mg/dl, mientras que el LDL debe estar por debajo de 100 mg/dl y el HDL por encima de 40 mg/dl en hombres y 50 mg/dl en mujeres. El colesterol elevado aumenta significativamente el riesgo de enfermedades cardiovasculares, infartos y accidentes cerebrovasculares. El diagnóstico temprano mediante análisis regulares es fundamental para prevenir complicaciones graves y mantener una buena salud cardiovascular a largo plazo.
El colesterol alto es conocido como "el asesino silencioso" porque generalmente no presenta síntomas evidentes hasta que se desarrollan complicaciones graves. Esta característica hace que muchas personas desconozcan que tienen niveles elevados durante años.
Aunque es poco común, algunos signos que pueden indicar colesterol muy elevado incluyen:
El diagnóstico se realiza mediante un análisis de sangre llamado perfil lipídico, que mide los niveles de colesterol total, LDL, HDL y triglicéridos. Este examen requiere ayuno de 9-12 horas para obtener resultados precisos. En España, se recomienda realizar controles cada 5 años a partir de los 20 años, o con mayor frecuencia si existen factores de riesgo como diabetes, hipertensión o antecedentes familiares. Es importante consultar al médico si tienes más de 40 años sin controles previos, antecedentes familiares de enfermedades cardíacas o factores de riesgo cardiovascular.
Las estatinas constituyen el grupo farmacológico más prescrito para el control del colesterol en España. Los principios activos más utilizados incluyen atorvastatina, simvastatina y rosuvastatina, disponibles tanto en versiones originales como genéricas en farmacias españolas. Estos medicamentos actúan inhibiendo la enzima HMG-CoA reductasa, reduciendo la producción de colesterol en el hígado y aumentando la captación del colesterol LDL de la sangre.
Los fibratos, como fenofibrato y bezafibrato, se emplean especialmente cuando predominan los triglicéridos elevados. La ezetimiba, un inhibidor de la absorción intestinal de colesterol, puede utilizarse como monoterapia o en combinación con estatinas. Los inhibidores PCSK9, como evolocumab y alirocumab, representan una nueva generación de fármacos indicados en casos de hipercolesterolemia familiar o cuando no se alcanzan objetivos con tratamientos convencionales.
Los efectos secundarios más comunes incluyen:
Es fundamental considerar las interacciones medicamentosas, especialmente con anticoagulantes, algunos antibióticos y medicamentos para el corazón. Las combinaciones más utilizadas incluyen estatina más ezetimiba, que permiten alcanzar objetivos terapéuticos con menores dosis y reducir efectos adversos.
Los esteroles y estanoles vegetales, presentes en margarinas funcionales y suplementos, pueden reducir el colesterol LDL hasta un 10-15%. La levadura roja de arroz contiene monacolina K, una sustancia similar a las estatinas naturales, y está disponible en farmacias españolas como complemento alimenticio. Estos productos requieren un consumo regular de 1,5-2 gramos diarios para obtener beneficios significativos.
Los suplementos de omega-3 y aceites de pescado son especialmente efectivos para reducir triglicéridos, con dosis recomendadas de 1-2 gramos diarios de EPA y DHA. La fibra soluble, incluido el psyllium, ayuda a reducir la absorción de colesterol intestinal. El psyllium, disponible en farmacias como Plantaben o productos similares, debe tomarse con abundante agua.
La coenzima Q10 es especialmente recomendada para personas que toman estatinas, ya que ayuda a prevenir la depleción muscular de esta sustancia. Los productos disponibles sin receta en farmacias españolas incluyen:
La dieta mediterránea es considerada una de las mejores opciones para controlar el colesterol de forma natural. Rica en aceite de oliva virgen extra, pescado azul, frutos secos y verduras frescas, esta alimentación tradicional ha demostrado científicamente su capacidad para reducir el colesterol LDL (malo) y aumentar el HDL (bueno). Los antioxidantes y ácidos grasos omega-3 presentes en estos alimentos protegen el sistema cardiovascular y mejoran el perfil lipídico.
Incorporar ciertos alimentos en la dieta diaria puede contribuir significativamente a mantener niveles saludables de colesterol:
Es fundamental reducir el consumo de alimentos ricos en grasas saturadas y trans, como carnes procesadas, bollería industrial, fritos comerciales y productos lácteos enteros. También se debe moderar la ingesta de huevos y mariscos, aunque pueden formar parte de una dieta equilibrada con moderación.
La actividad física regular, como caminar 30 minutos al día, ayuda a aumentar el colesterol HDL y facilita el control del peso corporal. Mantener un peso saludable reduce la presión sobre el sistema cardiovascular y mejora el metabolismo de las grasas.
Es esencial seguir las indicaciones médicas al pie de la letra. Las estatinas y otros medicamentos para el colesterol deben tomarse a la hora indicada, generalmente por la noche, y nunca interrumpir el tratamiento sin consultar al médico. La adherencia al tratamiento es fundamental para obtener resultados efectivos y prevenir complicaciones cardiovasculares.
Los controles analíticos periódicos permiten evaluar la eficacia del tratamiento y ajustar las dosis si es necesario. Incluso las personas sin colesterol alto deben realizarse chequeos regulares, especialmente después de los 40 años o si tienen antecedentes familiares.
Adoptar hábitos saludables en familia facilita el control del colesterol. Cocinar juntos, realizar actividades físicas y mantener una despensa saludable beneficia a todos los miembros del hogar. Es importante buscar ayuda profesional adicional si no se alcanzan los objetivos terapéuticos o aparecen efectos secundarios de la medicación.